Obstrucción de la vía lagrimal en niños:
A nivel de la válvula de Hasner
Típicamente, la obstrucción en los niños se produce a nivel de la desembocadura de la vía lagrimal en la fosa nasal, en lo que conocemos como válvula de Hasner. Esta obstrucción suele estar presente ya en el nacimiento, por una anomalía en el desarrollo embrionario que hace que no se produzca la permeabilización de la válvula.
Suelen ser niños que tienen conjuntivitis muy frecuentes con producción abundante de secreciones amarillentas. Estas conjuntivitis suelen responder bien al tratamiento antibiótico, pero, una vez que se suspende el tratamiento, vuelven a aparecer los síntomas.
En los primeros momentos del diagnóstico se recomienda realizar un masaje sobre la zona del saco lagrimal, intentando forzar el drenaje del mismo. Antes del año de edad, se pueden realizar estos masajes ya que, en un porcentaje muy alto de pacientes, la obstrucción se resuelve con ellos. No obstante, depende de la intensidad y frecuencia de los síntomas. Si son graves y repetidos, puede realizarse un sondaje lagrimal antes del año de edad.
El sondaje consiste en la introducción de una sonda metálica con la punta redondeada, que va siguiendo el camino normal de la vía lagrimal hasta que llega al final del conducto nasolagrimal, a la altura de la válvula de Hasner. En ese punto se va a notar un tope que no deja progresar la sonda. En ese momento se ejerce una leve presión sobre la sonda hasta perforar la mucosa nasal y conseguir permeabilizar la vía lagrimal.
El índice de éxito de la intervención es muy alto. Si fallara, podría repetirse en una segunda ocasión. Si esta también fallara, se procedería a realizar la misma intervención, pero dejando una intubación de silicona para evitar que se volviera a cerrar.
La intervención se realiza con anestesia inhalatoria, que consiste en la administración de un gas anestésico mediante la colocación de una mascarilla, durante 1 ó 2 minutos, que es lo que dura la intervención.