Obstrucción de la vía lagrimal en adultos:
A nivel de los canalículos lagrimales
Los canalículos conducen la lágrima desde los puntos lagrimales hasta el saco lagrimal. Como la mayoría de la lágrima drena por el canalículo inferior, muchas obstrucciones del superior son asintomáticas y no producen lagrimeo en el paciente, por lo que no son tratadas.
Las obstrucciones del canalículo inferior y del canalículo común sí producen lagrimeo, por lo que es necesario solucionarlas mediante una intervención quirúrgica. Y esta solución depende fundamentalmente de la longitud de la obstrucción.
Cuando son obstrucciones cortas, se vence la obstrucción y se deja colocado un hilo de silicona durante unos meses, para evitar que se vuelva a cerrar.
En cambio, cuando las obstrucciones son largas, la vía lagrimal queda anulada y la única solución es la colocación de un tubo de cristal que va desde la carúncula (en el ángulo interno del ojo) hasta la fosa nasal. Está intervención se denomina conjuntivo-rinostomía con colocación de un tubo de Jones. Este tubo queda colocado de forma permanente. Una pregunta frecuente que hacen los pacientes es si se puede romper el tubo. El tubo queda situado profundamente, por lo que para romperlo sería necesario un traumatismo de gran intensidad. Es muy importante que estos pacientes no se toquen en la zona del tubo, ya que podría provocar la migración del mismo hacia la fosa nasal, lo que obligaría a recolocarlo.
En los casos en los que haya una infección importante en los canalículos, lo que se conoce como canaliculitis, es necesario abrir completamente el canalículo y evacuar el contenido infeccioso.