Fracturas orbitarias
¿Cómo se produce una fractura de la órbita?
La órbita puede fracturarse a nivel del reborde orbitario o a nivel de alguna de las 4 paredes orbitarias. Tanto el reborde como la pared externa suelen requerir traumatismos de gran intensidad para que se fracturen. Por el contrario, el suelo, la pared medial (hacia la fosa nasal) y el techo son mucho más delgados y se fracturan con traumatismos de más baja intensidad.
Las fracturas producidas por traumatismos de gran intensidad suelen afectar además a otros huesos de la cara, por lo que suelen ser los Cirujanos Maxilofaciales los que las traten. Igualmente, las fracturas del techo de la órbita comunican la órbita con la fosa craneal anterior, por lo que suelen derivarse al Neurocirujano.
El suelo y la pared medial de la órbita son las dos paredes más delgadas de la órbita y, por tanto, se fracturan con traumatismos de menor intensidad, que pueden ser directos sobre el hueso o sobre el ojo. En este último caso, el ojo se desplaza hacia dentro de la órbita y se produce un aumento de presión en la misma, lo que provoca la fractura por estallido (blow-out) del suelo o de la pared interna. Estas dos paredes suelen ser intervenidas por Cirujanos especialistas en Órbita.
¿Cuáles son los síntomas de una fractura de órbita?
Los síntomas fundamentales de una fractura orbitaria son:
- Al palpar el reborde orbitario, se nota una crepitación motivada por la presencia de aire en los tejidos del párpado. La sensación es como si se pisara nieve.
- Enoftalmos: el ojo se desplaza hacia dentro de la órbita, se hunde. Al romperse la pared interna y, sobre todo, el suelo, hay un aumento de tamaño de la cavidad orbitaria y la grasa se hernia por esas fracturas, favoreciendo que el ojo se desplace hacia dentro.
- Diplopía o visión doble: al herniarse la grasa o los músculos, el movimiento del ojo afectado se ve limitado y no se mueven los dos ojos de manera conjugada, apareciendo esa diplopía.
¿Qué hay que hacer ante una fractura orbitaria?
Las fracturas de órbita solamente se operan en uno de estos supuestos:
- Enoftalmos clínicamente significativo: el ojo afectado está hundido con respecto al otro.
- Diplopía: algún músculo o la grasa están herniados por la fractura impidiendo el movimiento conjugado de los ojos.
- Existencia de una esquirla ósea cerca del globo ocular o del nervio óptico que pueda amenazar la visión.
La cirugía consiste en reducir la fractura, reposicionar la grasa o el músculo enganchado en su sitio y colocar una malla de titanio o de hueso del propio paciente para evitar que el contenido de la órbita pueda volver a herniarse. Para llegar al lugar de la fractura se accede a través de la conjuntiva, por lo que no existe ninguna cicatriz en la piel. La intervención se realiza con anestesia general y requiere ingreso de 1 día.