Degeneración macular asociada a la edad

La causa más frecuente de ceguera en mayores de 65 años es la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). Es una enfermedad degenerativa que afecta a la mácula de pacientes por encima de los 50- 60 años. La mácula es la zona de máxima visión de la retina, la que se emplea para la visión más fina, como la lectura o el reconocimiento de caras.

Además de la edad, otros factores de riesgo importante son la predisposición genética, el tabaquismo y la mala alimentación, la obesidad, la exposición solar directa y prolongada y la hipertensión arterial. La DMAE suele ser bilateral, aunque en la mayoría de los casos es asimétrica, es decir, afecta de diferente manera a los dos ojos.

Hay 2 tipos de DMAE:

  1. DMAE seca o atrófica: es la más frecuente (85%) y se caracteriza por una evolución lentamente progresiva, en la que se van atrofiando las diferentes capas de la retina.
  2. DMAE húmeda o exudativa: es menos frecuente, pero más agresiva. Se produce por la aparición de unos vasos sanguíneos frágiles por debajo de la mácula. Estos vasos pierden líquido que se acumula en la mácula produciendo la pérdida de visión.

El síntoma principal de la DMAE es la pérdida de la visión central, lo que dificulta cualquier actividad que requiera de una visión fina y precisa, como la lectura. En cambio, la visión periférica se mantiene intacta, por lo que el paciente puede moverse relativamente bien en casa o en la calle. Otros síntomas típicos de la DMAE son las metamorfopsias (imágenes distorsionadas, como líneas onduladas) y la visión de una mancha negra fija en mitad del campo visual.

El diagnóstico se realiza mediante una exploración oftalmológica completa en la que destaca la toma de la agudeza visual, la rejilla de Amsler, el examen del fondo de ojo y la realización de un escáner de retina (OCT) a nivel macular.

El tratamiento es diferente para los 2 tipos de DMAE:

  1. DMAE seca o atrófica: actualmente no existe ningún tratamiento efectivo. Se pautan complejos vitamínicos antioxidantes para intentar frenar la evolución de la DMAE. Además, es conveniente mejorar los factores de riesgo de la enfermedad (tabaquismo, alimentación, vida sana, HTA, …). Se están realizando ensayos clínicos con fármacos intravítreos para controlar la enfermedad.
  2. DMAE húmeda o exudativa: se emplean inyecciones intravítreas (dentro del ojo) de fármacos antiangiogénicos, que impiden el crecimiento de los vasos anómalos que crecen por debajo de la retina. Con este tratamiento, se pretende detener la progresión de la enfermedad y que el paciente mantenga, por lo menos, la visión que tiene en el momento del diagnóstico, aunque algunos pacientes mejoran algo su visión. Por este motivo, es importante realizar un diagnóstico precoz e iniciar el tratamiento lo antes posible.