Tumores orbitarios

Los tumores orbitarios son neoformaciones que aparecen en la órbita. Tienen 2 localizaciones preferentes: la zona de la glándula lagrimal (en el ángulo supero-externo de la órbita) o intraconal (entre los músculos extraoculares justo detrás del ojo).

Los tumores pueden ser benignos o malignos. Dentro de los benignos, se pueden encontrar hemangiomas cavernosos, meningiomas, linfangiomas y adenomas pleomorfos de la glándula lagrimal, entre otros. Aunque no se consideran tumores, también son frecuentes los quistes dermoides de la órbita, que ya están presentes en el nacimiento. Dentro de los tumores malignos destacan los carcinomas epidermoides, los linfomas y el carcinoma adenoide quístico de la glándula lagrimal, además de las metástasis. Habitualmente, el paciente presenta un exoftalmos o desplazamiento del ojo hacia fuera. En el caso de que el tumor esté en la proximidad de alguno de los músculos extraoculares aparecerá también una diplopía o visión doble. En casos más raros y agresivos, como en el rabdomiosarcoma, puede haber signos inflamatorios o hemorragias, como en algunos tumores tumores de estirpe vascular.

El Oftalmólogo especialista en Órbita puede identificar los síntomas pero, para conocer lo que está ocurriendo por detrás del ojo, es necesario realizar alguna prueba de imagen, como una resonancia magnética o un escáner, que va a aportar la información necesaria para el diagnóstico y tratamiento de cada caso particular.

El tratamiento depende fundamentalmente de la estirpe tumoral. Los tumores benignos pueden ser extirpados quirúrgicamente. Los malignos pueden ser tratados con cirugía, radioterapia o quimioterapia.