Lagoftalmos

¿Qué es el lagoftalmos?

El lagoftalmos es la falta de cierre total o parcial de los párpados, dejando expuesta parte de la superficie ocular, lo que conlleva que se produzcan alteraciones en la misma, secundarias a la sequedad y a la falta de protección del ojo.

Los síntomas y la gravedad del lagoftalmos van a depender de la situación de otros mecanismos de defensa del ojo, como son la secreción lagrimal y el reflejo de Bell.
Si al lagoftalmos se une una mala secreción lagrimal (ojo seco), el daño que se produce en la superficie del ojo es mucho mayor que si esta está perfectamente lubricada.
El reflejo de Bell permite que, cuando cerramos los párpados, el ojo se dirija hacia arriba escondiendo la córnea debajo del párpado superior. Si este reflejo está conservado, el daño corneal es mucho menor que si la córnea quedara expuesta al exterior.

¿Por qué se produce el lagoftalmos?

La mayoría de los casos se deben a una parálisis facial, que puede aparecer espontáneamente, tras algunas infecciones o como complicación de algunas cirugías relacionadas con la esfera otorrinolaringológica. El nervio facial inerva uno de los principales músculos de los párpados. Se llama el músculo orbicular de los párpados y cuando actúa se produce el cierre de la hendidura palpebral. Cuando el músculo no funciona bien, se produce el lagoftalmos.

¿Qué alteraciones aparecen en la parálisis facial?

En las parálisis faciales aparecen alteraciones a varios niveles.

  1. Párpado superior: no desciende cuando quiere cerrar los ojos. A veces, queda ligeramente retraído.
  2. Párpado inferior: el párpado inferior se queda sin tono muscular, por lo que se produce una retracción del párpado (debido al peso de la mejilla), acompañado frecuentemente del giro del borde del párpado hacia fuera (ectropión).
  3. Ceja: el músculo frontal también es inervado por el nervio facial. Si este músculo pierde su función se produce un descenso de la ceja y una imposibilidad de subir las cejas y arrugar la frente del lado afectado.
  4. Vía lagrimal: el músculo orbicular rodea al saco lagrimal, de manera que cuando se contrae el músculo comprime el saco lagrimal y lleva la lágrima hacia la fosa nasal. Cuando el orbicular se relaja, el saco lagrimal se expande nuevamente, aspirando la lágrima que se encuentra en la superficie ocular. Si este mecanismo está alterado, lo que se conoce como fallo de la bomba lagrimal, se produce un lagrimeo muy molesto para el paciente.

¿Qué soluciones existen?

En primer lugar, hay que esperar unos días para ver la evolución, ya que muchos casos se resuelven sin necesidad de cirugía. Mientras esperamos la evolución es conveniente mantener la superficie del ojo lo más lubricada posible, para que no aparezcan alteraciones en la superficie corneal, como queratitis, erosiones, úlceras o perforaciones.